Jon Edwards
3/3/2010
San Sebastian
Hace un año dos amigos y dos amigas salieron juntos a la ciudad de San Sebastián en España. Estuvieron juntos en Salamanca para aprender español en primera persona, pero querían ver el norte de España también. Los dos hombres llegaron a la estación del tren en Salamanca. El aire estaba caliente y húmedo, como es en Salamanca en agosto. Ellos estaban allí, esperando la oportunidad para escapar el clima de Salamanca. Los dos hombres compraron comidas y bebidas alcohólicas en el supermercado. El tren llegaban, y las dos mujeres no estaban allí.
Los dos hombres cogieron el tren a las diez, y tomaron sus primeras cervezas a las doce. Descubrieron que la mujer, Sarah, estaba en el tren, pero su amiga, Caroline, había levantado tarde a las once de la mañana y ella cogió un tren más tarde. Después de discutir cómo iban sus noches pasados y cuantas bebidas había tomados, ellos salieron juntos al tren de café para comer pinchos. Descubrieron pinxtos en el tren y se los compraron. Pinxtos son perecidos como tapas o pinchos pero son del País Vasco en el idioma Euskadi. Tenían cada tipo de pincho en ese tren, y eran magníficos. Compraron pinchos de pulpo que olían como calcetines pero tenían el sabor del mar y algo exótico.
Afuera del tren era un día bonito con el sol brillante y ninguna nube en el cielo. El sol estaba rallando en las montañas del país vasco. Las montañas eran verdes con ciudades adentro de los círculos de montañas. Las ciudades eran café, y contrastaban con las montañas verdes. El grupo de tres viajaban por ocho horas, y vieron mucho del País Vasco. Cuando llegaron, no estaban listos para ver lo que es San Sebastián.
El sol calentaba la ciudad, pero el aire fresco hacía que no era tan caliente. La ciudad era rodeaba de un rio, que movía con olas grandes. Los tres tomaron un taxi a su hostal. Qué bonita era la ciudad. Su taxi se detuvo cerca de la playa, y ellos tomaron una vista magnifica del océano. Fue la primera vez que los tres habían visto la playa en un mes. La playa fue llena de arena blanca, y el agua estaba azul como el cielo. La ciudad se cercaba hasta la playa y tenía una barrera que no le permitía el océano a entrar la ciudad. Al fin del día no era una playa, porque el océano se la había cubierta.
Los tres amigos encontraron a su amiga a las seis de la noche, y fueron juntos al hostal. El hostal estaba dividido en cuatro cuartos. Los hombres durmieron juntos, y las mujeres durmieron juntas. El hostal era decente, con una cocina, dos cuartos de baño, y un salón pequeño para conversar y relejarse.
Fue un desastre entrar al hostal para los cuatro. Las dos chicas no sabían ninguna palabra de español, y uno do los hombres tenía problemas también. Ellos conversaron con el mayordomo por algunos minutos sin suerte. Las chicas gritaron al mayordomo, porque no entendían que pasaba. Al fin, el segundo hombre habló con el mayordomo y se fijó el problema. Uno de los dos cuartos estaba lleno de cosas de dos hombres que no habían vueltos al hostal el noche pasado. Las chicas no pudieron quitar en el cuarto hasta la noche. Pero estaba bien, porque ellos fueron a un bar para coger algunos pinchos y tomar el sol y sangría.
Esa noche fueron de fiestas. ¡Qué increíble era la vida de la noche en San Sebastián! Ellos fueron a un bar hasta las dos de la mañana, cuando se cierre. Después, tomaron un taxi a la discoteca que estaba en la playa. En esta discoteca los hombres encontraron chicas de España, y las chicas encontraron hombres locales también. Los hombres hablaron con las españolas, y recibieron sus números móviles. Bailaron por unas horas, y se conocieron. ¡Cuando era la hora de salir, estaban muy borrachos, pero realizaban que estaban en una discoteca de salsa! ¡Qué vergüenza! Los hombres habían bailado como americanos, que es muy sexual. Todos en la discoteca los miraban. Los hombres y las chicas huyeron de la discoteca, y se separaron. Pero ellos hablan hasta ahora.
Cuando los hombres regresaron al hostal, las chicas no estaban allí. Las chicas no regresaron por algunas horas y los hombres salieron del hostal para buscarlas. Tenía miedo que algo las había pasado. Buscaron en la discoteca, y las calles alrededor del hostal, pero no las descubrieron. Cuando caminaban por el paseo en la playa, oían las olas, y voces superiores a las olas. Corrieron a las voces, y las descubrieron nadaban en el mar. Los hombres saltaron en el agua. ¡Qué frío! Los cuatro nadaron por una hora. La luna brillaba en la noche, y ellos se divirtieron en el agua. Los cuatros regresaron al hostal. Descubrieron la mágica de San Sebastián, y nunca van a olvidar su experiencia increíble.
Ellos pasaron los dos días siguientes tomando el sol, hablaban español, y vivieron en una cultura nueva para ellos. Comieron la comida y encantaron el País Vasco. Si ellos no fueron a España, nunca tuvieron la experiencia de País Vasco.